domingo, 29 de noviembre de 2009

Antes de retirarse al desierto


¡Cuánto, cuánto me holgara de hallarme ahora entre vosotros y, aunque estos ojos míos no merecen mirarla, abrazar, con todo el júbilo de mi alma, vuestra admirable compañía! Ahí contemplaría un desierto más deleitoso que cualquier ciudad; vería lugares desamparados de moradores, sitiados, a manera de un paraíso, por ejércitos de santos.


Pero mis culpas han hecho que una cabeza cargada de todo linaje de crímenes no se junte con un coro de bienaventurados. Por eso, yo os suplico, ya que no dudo lo podéis alcanzar, que por vuestras oraciones me libréis de las tinieblas de este siglo. Ya os lo dije antes presente, y ahora por carta no ceso de manifestaros mi deseo: mi alma es arrebatada por el ansia más ardiente hacia esa manera de vida; a vosotros toca ahora que a la voluntad siga el efecto. A mí me toca el querer; a vuestras oraciones, que no sólo quiera, sino que pueda.


Yo soy como la oveja enferma descarriada del resto de la manada, y, si el buen pastor no me vuelve sobre sus hombros al aprisco, mis pasos resbalarán y, en el intento mismo de levantarme, daré conmigo mismo en el suelo. Yo soy aquel hijo pródigo que he malbaratado toda la parte de hacienda que mi padre me diera; y aún no me he postrado a los pies del que me engendrara, todavía no he empezado a repudiar los halagos de mis pasadas demasías.


Y ahora que un tantico he comenzado no tanto a dejar mis vicios cuanto a quererlos dejar, el diablo trata de envolverme en nuevas redes. Ahora me pone ante los ojos nuevos obstáculos y rodea todo mar y todo océano. Ahora, puesto en medio de este elemento, no puedo ni avanzar ni retroceder. Sólo me queda que por vuestras oraciones me empuje el soplo del Espíritu Santo y me conduzca al puerto de la codiciada orilla.

Carta del Bienaventurado Jerónimo a los anacoretas.

martes, 24 de noviembre de 2009

San Efrén



Crucifica tu cuerpo durante toda la noche...Si no sucumbes al sueño, pasa y colócate entre los mártires. No te dejes vencer por el sueño durante la noche; no eches a perder tu victoria. Conviértete en mártir de las vigilias...Los mártires fueron testigos de día; los ascetas, de noche...

(Exhortatio ad monachos 5)

jueves, 19 de noviembre de 2009


Había un hermano muy celoso de su perfección. Turbado por el demonio impuro, acudió a un anciano y le descubrió sus pensamientos. Este, después de oírle, se indignó y le dijo que era un miserable, indigno de llevar el hábito monástico el que tenía tales pensamientos. Al oír estas palabras, el hermano, desesperado, abandonó su celda y se volvió al mundo. Pero por disposición divina se encontró con el abad Apolo. Este, al verle turbado y muy triste, le preguntó:

«Hijo mío, ¿cuál es la causa de una tristeza tan grande?». El otro, avergonzado, al principio no le contestó nada. Pero ante la insistencia del anciano, por saber de qué se trataba, acabó por confesar: «Me atormentan pensamientos impuros; he hablado con tal monje y, según él, no me queda ninguna esperanza de salvación. Desesperado, me vuelvo al mundo».Al oir esto el padre Apolo, como médico sabio, le exhortaba y le rogaba con mucha fuerza: «No te extrañes, hijo mio, ni te desesperes. Yo también, a pesar de mi edad y de mí modo de vivir soy muy molestado por esa clase de pensamientos. No te desanimes por estas dificultades, que se curan, no tanto por nuestro esfuerzo como por la misericordia de Dios. Por hoy, concédeme lo que te pido y vuelve a tu celda». El hermano así lo hizo.

El abad Apolo se encaminó a la celda del anciano que le había hecho caer en desesperación. Y quedándose fuera, suplicó a Dios con muchas lágrimas: «Señor, tú que suscitas las tentaciones para nuestro provecho, traslada la lucha que padece aquel hermano a este viejo, para que aprenda por experiencia, en su vejez, lo que no le enseñaron sus muchos años, y se compadezca de los que sufren esta clase de tentaciones».Terminada su oración, vio un etíope de pie junto a la celda, que lanzaba flechas contra el viejo. Este, al ser atravesado por ellas, se puso a andar de un lado a otro como si estuviese borracho. Y como no pudiese resistir, salió de su celda y por el mismo camino que el joven monje se volvía al mundo.

El abad Apolo, sabiendo lo que pasaba, salió a su encuentro y le abordó diciendo:«¿Dónde vas, y cuál es la causa de tu turbación?». El otro sintió que el santo varón había comprendido lo que le pasaba y por vergüenza no decía nada.

El abad Apolo le dijo: «Vuelve a tu celda y de ahora en adelante reconoce tu debilidad. Y piensa en el fondo de tu corazón, o que el diablo te ha ignorado hasta ahora, o que te ha despreciado porque no has merecido luchar contra él, como los varones virtuosos. ¿Qué digo combates? Ni un sólo día has podido resistir sus ataques.

Esto te sucede porque cuando recibiste a ese joven atormentado por el enemigo común, en vez de reconfortarle en su diabólico combate con palabras de consuelo, lo sumiste en la desesperación, olvidando el sapientísimo precepto que nos manda: “Libra a los que son llevados a la muerte y retén a los que son conducidos al suplicio”. (Prov. 14,11). Y también has olvidado la palabra de nuestro Salvador: “La caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante” (Mar 12, 20).

Nadie podría soportar las insidias del enemigo, ni apagar o resistir los ardores de la naturaleza, sin la gracia de Dios que protege la debilidad humana. Pidámosle constantemente para que por su saludable providencia aleje de ti el azote que te ha enviado, pues es quien nos envía el sufrimiento y nos devuelve la salud. Golpea y su mano cura, humilla y levanta; mortifica y vivifica; hace bajar a los infiernos y los vuelve a sacar». (Cf. 1 Re 2). Dicho esto, el anciano se puso en oración y el viejo se vio enseguida libre de sus tentaciones. Luego el abad Apolo le aconsejó que pidiese a Dios una lengua sabia, para que supiera hablar cada palabra a su tiempo.

de Sentencias de Los Santos Padres

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Evagrio Póntico



"Está separado de todo, pero unido a todo.
Impasible, pero de una sensibilidad soberana.
Divinizado, se considera el desperdicio del mundo.
Y, por encima de todo,es feliz, divinamente feliz..."

La Filocalia

martes, 3 de noviembre de 2009

Hacia una nueva experiencia solitaria

Hace algún tiempo, sentí la necesidad de buscar los medios para conseguir poder vivir en un lugar más idóneo, carente de ruídos y distracciones en lo posible, y que al mismo tiempo me permitiese seguir mi humilde ministerio sacerdotal entre el pueblo fiel rumano. Se trataba de algo muy difícil por carecer de medios y no tener una inquebrantable salud. Pero lo que es imposible para los hombres, no lo es para Dios...
El año pasado, un hermano mío muy querido, el "benjamín" de los tres, durmió en el Señor,legándome una sencilla casita en el campo de Petrel (Alicante)que reune las condiciones mínimas para lo que deseo hecer.
Os digo todo ésto para que nos admiremos de como obra el Señor en nosotros (pobres vasos de barro) y como pone Su mano allí donde se necesita para cumplir Su voluntad.
Todo está casi listo. No os preocupeis si durante unas semanas disminuyen las entradas en los blogs, pues será debido al traslado.
Orad por mí, macarie.
http://ermitatransfiguracion.blogspot.com/

lunes, 26 de octubre de 2009










Porque es imposible que el hombre centre su alma en una sola cosa, si antes no fija perseverantemente su cuerpo en un lugar.


Estatutos cartujanos

lunes, 12 de octubre de 2009

Santa Proteccion de la Madre de Dios

pulsar sobre icono

Desplegando desde lo alto tu santa Protección, oh Virgen María Purísima Madre de
Dios, proteges y salvas a tu pueblo que, alabando con gratitud tus maravillas, te
exclama: Salve, Protección resplandeciente.

sábado, 10 de octubre de 2009

¿Cómo es?




Esta pregunta puede sorprender. ¿Cómo es la "ermita del corazón"? Sin embargo nunca será ocioso ni suficiente volver al misterio de la intimidad profunda y recuperar las figuras más adecuadas para expresar "algo" de lo inefable. Es claro que todo comienza cuando nos atrevemos a "descender"... No es simplemente una alegoría, es lo más posible y real ante cualquier acontecimiento de nuestra vida. Fijémonos bien: dibújase en nuestro horizonte algún tropiezo, alguna duda tal vez, o un dolor del género que sea. ¿Dónde nos hallamos en verdad entonces? ¿Cuál es "nuestra" realidad en los momentos de confusión, de sufrimiento o de angustia? Los santos saben que nunca Dios está tan cerca como en tales ocasiones... Quiere decir que a raíz del motivo que sea podemos "penetrar" más agudamente en nuestro interior.Y no está mal "imaginalmente" VER esa dimensión en un desierto, en una gruta, tal vez en un templo, o en todo un paisaje que, efectivemante, se abre en nuestro interior. O percibir todo el cielo en el alma. ¡Cómo no! Y regocijarnos en esa soledad nueva que no tiene necesidad de viajes o de cambios inquietantes o fuera de lugar...La "Noche" es la gran ocasión de la Luz... Eso es lo que hemos de considerar y, a partir de ello, introducirnos más en el ámbito de nuestra intocable e inefable soledad, siempre abierta a Dios, cuando nos "separamos" de todo lo que no es...


domingo, 4 de octubre de 2009

Ante el Padre


El alma siente como que una ráfaga pasa dentro de ella: es el soplo de la vida divina que el Padre comunica eternamente al Hijo. Bajo esa impresión, el alma se ve transfigurada, fascinada, arrebatada hacia el que se da a ella. El Espíritu la levanta, la desarraiga de sí misma, derrama en ella luces y energias insospechadas. El alma quiere unirse, asemejarse, posesionarse de ese Espíritu que es el don de Dios. Trae a la memoria las palabras del divino Hijo en el Evangelio: "Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto".

Cara a cara con Dios. Dom A. Guillerand.

viernes, 2 de octubre de 2009

Filocalia



No busquemos una vida buena y dedicada al amor a Dios por la alabanza humana. Debemos elegir la vida virtuosa, persiguiendo la salvación de nuestra alma. Es necesario que veamos, cada día, a la muerte frente a nosotros y que consideremos cuán inciertas son las cosas humanas.


San Antonio el Grande, Filocalia.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Filocalia


Por causa de la caridad, todos los santos se han opuesto al pecado sin tener en cuenta para nada la vida presente. Y han soportado varias formas de muerte para separarse del mundo, unirse a Dios y unificar en sí mismos la naturaleza despedazada.

(Filocalia)

viernes, 25 de septiembre de 2009

Voluntad y tenacidad


La voluntad es una señora que no obra sino por sí misma. Tiene servidores a los que debe comunicarles el querer que la anima, pero éstos no son siempre dóciles: la inteligencia, la memoria, la imaginación, los demás sentidos... no siempre hacen lo que les dice, debe someterlos y formarlos con paciencia y tenacidad.

lunes, 21 de septiembre de 2009

No desdeñes tu parte



No te detengas ahora. Simplemente acepta estos tus pasos hoy. No será mañana... Fue ayer. Recupera enteramente la paz porque ya llevas un tesoro muy grande. En cierto modo el tesoro eres tú. En cierto modo es así. Es cierto que el viaje no termina esta vez, ni apuro hay para que acabe. Porque cada día, cada instante, es un nacimiento inefable, una aurora, un resurgir en la misma fuente. Y esto en medio de lo que sea y con lo que sea.Si vas de camino, abiertos los ojos al cielo, no interrumpas este andar en razón de nada. Todo contribuye, nada se opone. Es claro que serás atento a tu libertad.Todo tu obrar brote de tu corazón elevado, pero no juzgues mal. "Elevado" no quiere decir alto, ni indica comparación alguna. Elige ese ámbito pequeño donde le lleva el Señor y desde allí se descubrirá todo el horizonte.


viernes, 11 de septiembre de 2009


"Si alguien se entrega a Dios de todo corazón, Dios tiene piedad de él y le concede el Espíritu de conversión. Este Espíritu da testimonio ante él de cada uno de sus pecados para que ya no vuelva a caer en ellos. A continuación le revela los adversarios que se levantan ante él y le impiden librarse de ellos, luchando vigorosamente con él para que no persevere en su conversión. Si a pesar de todo conserva el ánimo y obedece al Espíritu, que le exhorta a convertirse, el Creador se apresurara tener piedad del trabajo de su conversión. Y viendo las aflicciones que impone a su cuerpo: oración incesante, ayunos, súplicas, estudio de la Palabra de Dios, alejamiento del mal, huida del mundo y de sus obras, humildad y pobreza de corazón, lágrimas y perseverancia en la vida monástica, – viendo, digo – su trabajo y su paciencia, el Dios de misericordia tendrá piedad de él y lo salvará."

Extraido de las Cartas de San Antonio Abad

Ortodoxia

jueves, 13 de agosto de 2009


Leer los textos sagrados considerándolos ajenos a uno mismo sería absolutamente vano. Así, numerosos meditantes no hacen ningún progreso, incluso si se consagran durante horas a la lectura de las Sagradas Escrituras. El sello de los libros sagrados sólo se rompe cuando el meditante abandona lo manifestado y pasa desde lo grosero a lo sutil, desde el discurso al silencio. Este estado de tranquilidad no concierne únicamente al cuerpo, la mente ha de mantenerse en reposo, de ahí la importancia dada a la vigilancia del corazón a fin de rechazar los pensamientos errantes y dispersantes. El corazón se mantiene en la contemplación apacible y se descubren los misterios, el texto sagrado entrega sus secretos ocultos, que arden por ser descubiertos, y toda posibilidad de ensoñación queda eclipsada.

Marie M. Davy

lunes, 3 de agosto de 2009

HORAS CUMBRES


"De repente, Dios se retira, desaparece, deja al alma en soledad y desamparo, sin la tierra que ella sacrificara por Él, y sin Él, que debía hacer las veces de todo lo sacrificado.

Sólo los que han amado y cifrado su vida en un único objeto pueden comprender lo horroroso de esa soledad y desamparo."

Dom A. Guillerand, cartujo.

viernes, 17 de julio de 2009

Eremitismo interior


"Lo mismo que existe un desierto interior, se presenta un eremitismo interiorizado, vivido dentro, en una ascesis constante de la inteligencia y del corazón. Además, en ciertos casos, el eremitismo podría vivirse «a tiempo partido». Una expresión así es chocante, no lo podemos negar. ¿Cómo el verdadero eremita podría separarse de la revelación de lo interior, de la seducción del Dios escondido?"más...

martes, 14 de julio de 2009

SIN TRAMPAS


"El silencio se descubre en la medida en la que se vive sin trampas, más allá de los juegos, de las mentiras, de las seudo-compasiones, de las pulsiones de la carne y de la mente, del tumulto de los pensamientos y de los deseos. Es evidente que la palabra y por consiguiente la escritura tienen que ver con la cáscara y no con la nuez que solo el silencio interior alcanza."


Marie Madeleine Davy

miércoles, 8 de julio de 2009

Jesús en la tumba


"Jesús, solo y silencioso en el seno de la tierra, solo y callado en el seno de su Padre, en contacto con el Principio y con todos los elementos de su cuerpo, en contacto con Aquel que es y con todo lo que Él ha hecho, espera la hora de reconstruir su Humanidad quebrada sobre la cruz, esperando rehacer el lazo de unión universal de los seres con el Ser."

dom A. Guillerand, cartujo

domingo, 5 de julio de 2009


"Cuando un solitario vive con autenticidad en el silencio, su fondo remonta. Y ese es todo el secreto de la vida eremítica. Este fondo significa la dimensión divina. Ninguna palabra puede dar cuenta de ello. Lo inefable escapa al lenguaje. Este fondo emerge en un profundo silencio. Un silencio abismal."

Marie-Madeleine Davy

sábado, 4 de julio de 2009

IMÁGENES


Por lo que respecta a la ausencia de imágenes, esto es, no usar la imaginación y no aceptar ningún tipo de visión durante la contemplación, sea de luz, o de un ángel, o de Cristo, o de no importa qué santo, y apartarse de todo ensueño, esto, por supuesto, viene ordenado así por Santos Padres experimentados, por esta razón: El poder de la imaginación puede fácilmente encarnar, o por así decirlo, dar vida a las representaciones de la mente, y de este modo los inexpertos pueden ser fácilmente atraídos por estas ficciones, tomarlas por visiones de la gracia y caer en el engaño de sí mismos, a pesar del hecho de que la Sagrada Escritura dice que el propio Satanás puede asumir la forma de un ángel de luz. Y que la mente pueda natural y fácilmente estar en un estado de ausencia de imágenes y mantenerse en él, incluso durante la rememoración de la Presencia de Dios, puede verse en el hecho de que el poder de la imaginación puede presentar perceptiblemente una cosa en un estado de ausencia de imágenes y mantener su dominio sobre una representación así. Así, por ejemplo, la representación de nuestras almas, del aire, cálido o frío. Cuando tienes frío, puedes tener una vívida idea del calor en tu mente, a pesar de que el calor no tiene forma, no es un objeto de la vista, y no se mide por la sensación física de quien se encuentra expuesto al frío. Del mismo modo, también la presencia del espiritual e incomprehensible Ser de Dios puede estar presente en la mente y ser reconocida en el corazón, en una absoluta ausencia de imágenes.

El eremita. El Peregrino ruso.

sábado, 27 de junio de 2009

APOTEGMA


El bienaventurado arzobispo Teófilo se presentó un día acompañado de un magistrado, en casa del abba Arsenio. Deseaba oír de él una palabra. Tras un corto silencio, el anciano les dijo: "Si os digo algo, ¿me haréis caso? Ellos le prometieron que sí. Y el anciano dijo: "Allí donde oigáis decir que se encuentra Arsenio. no os acerquéis".

(Alf, Arsenio, 7)

sábado, 13 de junio de 2009

eremitismo







Los verdaderos eremitas jalonan maravillosamente la historia. Lo más a menudo han sido anteriormente formados en un monasterio. Ellos se alejan de él para realizar más intensamente su experiencia. Llegar a ser monje exigía previamente una conversión. Elegir el eremitismo reclama una nueva metanoia. Padres espirituales podían asistir de vez en cuando a los solitarios. La comunidad los tomaba gustosamente a su cargo materialmente. Los laicos los alimentaban con predilección llevándoles pan, leche y frutos. Además, la mayor parte de los eremitas se autoabastecían cocinando bayas y hierbas salvajes según las estaciones.


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viernes, 12 de junio de 2009

jueves, 4 de junio de 2009

"Glorificad a Dios en vuestro cuerpo". (1 Co 6,20).




Nunca leerá el Eremita sin un alborozado estremecimiento las siguientes afirmaciones de San Pablo: "¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? El templo de Dios es sagrado, y ese templo sois vosotros" (1 Co 3,16-17). "¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que habita en vosotros y lo habéis recibido de Dios?... Glorificad, pues, a Dios en vuestros cuerpos" (ib. 6,19-20).No busques a Dios ni en un lugar ni en el espacio. Cierra los ojos del cuerpo, ata tu imaginación y baja dentro de ti mismo: estás en el Santo de los Santos donde habita la Santísima Trinidad.
un monje

lunes, 25 de mayo de 2009

MUTABILIDAD HUMANA


"Lo que Dios ha hecho hasta ahora, es lo que continuará haciendo: Dios no cambia. Sus relaciones con los hombres parecen variar, pero es porque los hombres no son siempre los mismos para con Él."

Dom A. Guillerand, Cartujo. Armonía Cartujana.

jueves, 7 de mayo de 2009

Temas de meditación




"Entregarse a la reflexión y al estudio es algo que conviene al solitario. Tal será su labor cotidiana mantenida con rigor. Siguiendo sus opciones, tendrá en cuenta sus preferencias sin padecer las influencias provenientes del exterior. La fidelidad a su singularidad se impone y está estrechamente ligada a su cultura. No obstante, estamos ligados a una época orientada hacia el universalismo. El acercamiento a los misterios varía necesariamente en el curso de la historia. La apertura es posible en la medida en la que todo sincretismo es evitado. Es esa una trampa en la que se cae fácilmente y en la que el buscador –privado de discernimiento– se vuelve fácilmente la víctima."

Marie Madeleine Davy

miércoles, 6 de mayo de 2009

MÁSCARAS


"El solitario que se tomase a si mismo como un dispensador de consejos se instalaría en el engaño. No hay lugar para considerarse como un guru. A la búsqueda de discípulos, se volvería un comediante más o menos dotado para el juego. La soledad exige el quitar todas las máscaras de las que se ha podido uno disfrazar durante su existencia. Esas máscaras se ajustan unas en otras a la manera de las muñecas encajadas conteniendo cada vez ejemplares más y más pequeños".

Marie-Madeleine Davy


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jueves, 30 de abril de 2009

Lugares de Silencio


"El lugar de la oración es el alma y Dios que mora en ella.... Ese es el verdadero templo, el santuario reservado. Uno lo lleva consigo; en todo momento puede uno ya estarse en él, ya regresar a él después de una breve salida.
En este santuario reservado, nuevo cielo y nuevo Reino de Dios, han de reinar el silencio y la soledad. Dios está solo consigo mismo. Las Personas divinas no perjudican a esa soledad, la constituyen.El Amor que las anima las cierra a todo lo que no es Él; inmensa es la ciudad, pero cerrada, y la ocupa Dios solo, que es "todo en todo" (1 Cor.15-28)"
Dom A. Guillerand, Cartujo.

miércoles, 29 de abril de 2009


Un autor espiritual escribe así: “La renuncia al mundo y a sus falsas alegrías, la negación de sí mismo, el desprecio de lo sensible, etc., no son una aniquilación absurda de la criatura humana, sino condición providencial para lograr la liberación plena y el más alto desarrollo de la personalidad: nos despojamos de todo y de nosotros mismos para llenarnos de Dios y ser dominados enteramente por la caridad…”

B. MARCHETTI-SALVATORI

lunes, 27 de abril de 2009

Todo se cumple


"No se puede lograr, por la lectura de la ley escrita, nada comparable a lo que permite alcanzar el culto de Dios, pues allí todo está cumplido.
Aquel que lo ha elegido no tiene necesidad de leer las Escrituras, sabe que todo se consuma en la oración"

Macario el Grande en Homilías Espirituales.

domingo, 26 de abril de 2009

Hacia la ermita





La capilla del monasterio está construida en piedra. Grises en su mayoría, algunas más blancas, cobijan restos de liquen aquí y allá.
Sus bóvedas y arcadas y su organización geométrica, la delatan gótica. Pero es un gótico desnudo, solo formal. El contenido en extremo sobrio.
La gran cruz central, de roble antiguo, sin la imagen del Salvador, espera vacía que el observador proyecte sobre ella su arquetipo interno.
Los asientos del coro, en dos filas enfrentadas detrás del sagrario, son también de madera, aunque de irreconocible procedencia. Los cubre una pátina de uso fruto de siglos.
El altar es de roca sólida y está cubierto por un grueso madero rústico, brillante sin embargo por la cera, que en repetidas capas, devotas manos le aplican diariamente.
Todo el conjunto se destaca gracias a la luz oblicua y colorida que deja pasar el único vitreaux del templo.
Las ventanas, altas y angostas, bien ojivales; estrechan el paso de la luz, recostándola precisamente detrás de las columnas.
Esto deja áreas penumbrosas, favoreciendo el recogimiento y haciendo más solitarias las figuras, que en fervorosa búsqueda, continúan quedas después del oficio.
Junto a la puerta lateral que da paso al claustro, destila agua bendita una pequeña fuente normanda, originando el suave rumor líquido que en ecos sucesivos, recorre la nave central.
Esta gran bóveda embaldosada en granito indefinible, sin mobiliario alguno por orden del Abad; permanece desierto manifiesto, propicio a la meditación, la sumisión y el abandono.
La puerta principal, de cedro rojo y macizo con aldabas de hierro; protege la clausura que resistió inviolada numerosas guerras y tumultos revolucionarios.
Detrás de ella surge un sendero de grava fina, muelle al paso, que va desdibujándose conforme ingresa al bosque. Allí se difumina, exhalando hojas secas en dirección a la ermita, que como punto sagrado de unión entre cielo y tierra, domina el claro bordeado de jóvenes coníferas.

Colaboración de Mario Rovetto

sábado, 25 de abril de 2009

¿Por qué este crecimiento de ermitaños en la actualidad?


Hay que decir que se trata de una vocación, una llamada. El exceso de insistencia en el compromiso con el mundo y el desbordamiento de las palabras, habladas y escritas han llevado a muchos a redescubrir la fuerza de la oración y el gozo del silencio.

El ermitaño da su vida por cosas inútiles, según el mundo. La sencilla regla que él mismo se escribe, prevé, sobre todo, horas de oración, de lectura espiritual, de meditación. En el ermitaño hay un rechazo radical de la lógica mundana, para la cual sólo la acción, la política, el compromiso social, las inversiones económicas, pueden cambiar el mundo para mejor.
David Amado

El eremita urbano, ha respondido a una llamada que le ha hecho comprender que sólo quien entrega su vida por los demás, la salva, y que el modo más eficaz de amar y de ayudar es el de encerrarse bajo el anonimato, el silencio, la impotencia, creyendo hasta el fondo en los misteriosos vínculos de la “comunión de los santos”. En la habitación de uno de ellos se encontró una inscripción, según cuenta el escritor Vittorio Messori, con el siguiente texto: “El que se va al desierto, no es un desertor”.

jueves, 23 de abril de 2009

Revelación






La ley escrita relata muchos misterios de una manera oculta.
El monje que se dedica a la oración y a una conversación ininterrumpida con Dios, los encuentra; entonces la gracia le revela aquellos misterios más terribles que los de la Escritura.

Macario el Grande

martes, 21 de abril de 2009

Las Ermitas de Córdoba

Las vistas desde lo alto son una preciosidad, se ve toda la ciudad al completo desde un gran mirador panorámico. Un sitio para ver lo que es Córdoba.

En lo más alto de Sierra Morena, con vistas a la ciudad de Córdoba están las ermitas, un conjunto de 13 pequeños edificios donde los ermitaños se retiraban. Con el tiempo se abandonaron, luego fue un convento carmelita cuando los ermitaños desaparecieron por falta de vocaciones y hoy en día, gestionados por la fundación "Amigos de las Ermitas" se mantienen abiertas al público.

lunes, 20 de abril de 2009

Los eremitas de hoy viven en la ciudad




Vittorio MESSORI.
Su número crece cada día. Pasan su vida en oración, no temen la pobreza y rechazan cualquier jerarquía. Su fuerza está en contradecir el espíritu del tiempo. La Iglesia ha decidido reintegrarles en el Derecho Canónico. Lo que no quieren es, justamente, ser noticia. Buscan el silencio y la discreción. Su puerta permanecerá cerrada para quien se acerque como periodista, o simplemente como curioso. Tengo el privilegio de conocer a algunos personalmente, pero no tendría acceso alguno a sus escondrijos si violase la promesa de no dar nombres ni direcciones. De todos modos, si alguien quiere buscar su rastro, que no los busque en lugares inhóspitos: es mucho más probable que los encuentre en las buhardillas de los centros metropolitanos. Me refiero a los eremitas. Han regresado por la puerta grande, su número crece cada año, aunque pocos lo saben, como es obvio, dado su empeño en pasar desapercibidos. La Iglesia, en cambio, sí sabe de ellos, y ha decidido volverles a dar un sitio dentro de su estructura, pues el Código de Derecho Canónico de 1917 los había ignorado. No por hostilidad, sino porque parecía que formaban parte de una página cristiana, larga y gloriosa, pero definitivamente cerrada.
Una página que se inició cuando en Oriente miles de creyentes huyeron al desierto o a las montañas: grutas y chozas se llenaron de solitarios que luchaban tanto contra leones y serpientes como contra diablos tentadores. La fama de sus ayunos, de las penitencias, del silencio ininterrumpido provocaba la afluencia de discípulos, y con frecuencia el solitario se veía obligado a acogerlos, creando –a veces contra su voluntad– una comunidad a la que dar una regla. También fue éste el destino de quien en Occidente iba a ser el origen de la forma de monacato que marcaría los siglos siguientes beneficiosamente. Benito de Nursia empezó como eremita pero su misma fama de santidad le sacó de la cueva y le forzó a transformarse en maestro y legislador de cenobios.
La Edad Media se llenó de eremitas, muchos de los cuales encontraban su sustento guardando cementerios, puentes o santuarios. El declive comenzó con el Concilio de Trento, que desconfió de los anacoretas porque eran incontrolables, y concluyó en el Siglo de las Luces y la Revolución Francesa que persiguió a estos «parásitos asociales» a los que también consideraba «fanáticos oscurantistas». En el siglo XIX el eremita quedará relegado a ser casi un personaje de novela romántica, al estilo Conde de Montecristo. Dentro de la Iglesia, la vocación a la soledad había quedado canalizada desde hacía tiempo a través de órdenes religiosas como las de los cartujos o los camaldulenses, en las que el aislamiento va unido con la comunión con los hermanos en la oración y en la conversación.
Se decía que el silencio de Código eclesiástico de 1917 era significativo: ya no quedan anacoretas, fuera su regulación. Y en cambio, esta vocación –rara, pero insuprimible– desde luego no había desaparecido, sino que se incubaba bajo las cenizas, de modo que el nuevo Código publicado en 1983 ha tenido que levantar acta. En el segundo inciso del canon 603, la Iglesia reconoce oficialmente a los ermitaños como «consagrados» si «mediante voto u otro vínculo sagrado, profesan públicamente los tres consejos evangélicos (pobreza, castidad, obediencia) en manos del Obispo diocesano», y si el mismo Ordinario del lugar les aprueba una regla que ellos mismos hayan redactado. Una legislación light, con requisitos mínimos, pero tal y como es obligado para una elección de vida inspirada por la obediencia a la Iglesia y a la lectura más rigurosa del Evangelio a la vez que por la libertad y la autonomía de los hijos de Dios que siguen una vocación particular y del todo personal.
Las estadísticas son difíciles, por no decir imposibles: aunque se les conoce, muy raramente los ermitaños responden a los cuestionarios. Ahora ha aparecido la investigación de los jesuitas americanos en las páginas de su revista cuatrimestral para consagrados Review for Religious. Hay que reconocer que esos religiosos americanos han tenido cierto éxito, pues de una muestra de 600 eremitas en todo el mundo han conseguido 140 respuestas. Una miseria para cualquier otra categoría social, pero todo un éxito dentro de la anómala categoría de los ermitaños, que si nos atenemos a las valoraciones fiables, contaría en todo el mundo con veinte mil personas. En Italia de mil a mil doscientos, divididos casi igual entre hombres y mujeres. La inmensa mayoría es católica, aunque no faltan otras confesiones cristianas y otras confesiones. Como alguien ha señalado, el anacoreta es el más ecuménico entre los creyentes porque recupera –viviéndolos todos los días– los valores que unen todas las confesiones: oración, penitencia, sacrificio, ayuno, alejamiento, contemplación.
Parece que entre los nuevos ermitaños italianos también se cumple lo que revela la investigación americana, según la cual, solamente un dos por ciento ha elegido vivir en cuevas o sitios por el estilo, como galerías subterráneas. Ni la mayoría se encuentra en el campo o en las montañas. En realidad, el mayor número de los ermitaños actuales es «metropolitano». La gran ciudad es el verdadero sitio de la soledad, del anonimato, del combate silencioso contra los nuevos demonios. La mayoría tiene entre cincuenta y sesenta años, y son rarísimos los que están por debajo de los treinta. No hay más que recordar el viejo proverbio: «A joven ermitaño, viejo diablo». Todos los maestros de la vida espiritual han enseñado siempre que una vocación así distingue a una élite de hombres y de mujeres particularmente experimentados. De hecho, en el eremitorio no se tiene el apoyo de una comunidad fraterna; la soledad y el silencio constantes son un gozo sólo para quien realmente ha sido llamado; ni siquiera se cuenta con un hábito o un distintivo. No sólo: la obligada pobreza se convierte muchas veces en miseria, sobre todo para quienes han encontrado en la ciudad su «desierto», dado que el anacoreta buscará huir de toda «dispersión», y por tanto, de los trabajos en fábricas u oficinas, con lo que vivirá de las pequeñas cosas que pueda hacer dentro de sus modestísimas cuatro paredes. Esto casi nunca asegura unos ingresos suficientes para que una vida no se deslice desde la pobreza hasta la indigencia. Ésta es una de las razones por la que muchos esperan a tener una edad suficiente para una pequeña pensión, aunque sea mínima, que les permita cultivar en paz su propia vocación. En general tienen más suerte para el sustento diario aquéllos que tienen su cabaña en el campo. Todas las experiencias dan fe de que los inicios son difíciles por la desconfianza de los paisanos que se preguntan quién será ese «forastero» extraño que, por lo general, tiene un aire distinto (la mayoría tiene título universitario), que no recibe visitas, que no tiene ni teléfono ni televisor, que se va a la cama con las gallinas y se levanta con el alba y que sólo cruza con los demás –párroco incluido– las mínimas palabras indispensables. De modo que la primera visita, por lo general, es la del policía local, alertado por las observaciones de los vecinos. Después, poco a poco, se acepta al «forastero» como un miembro de la comunidad, algo extraño. Aunque la mayoría son laicos, también son numerosos aquellos sacerdotes, frailes o monjas que llegan a la vida eremita tras muchos años en comunidades tradicionales. Son los más afortunados, pues una vez que se les concede el permiso para dar el paso a esta nueva forma de vida, suelen tener la ayuda de la familia religiosa de la que provienen.
Pero, ¿por qué una elección así? Lo primero que hay que decir es que se trata de una vocación, una llamada, que ha florecido de nuevo por reacción a la borrachera «comunitaria», «social» que ha arruinado muchos ambientes religiosos. El exceso de insistencia en el compromiso con el mundo y el desbordamiento de las palabras, habladas y escritas, han llevado a muchos, por contraste, a redescubrir la fuerza de la oración y el gozo del silencio. El ermitaño da su vida por cosas «inútiles» según el mundo y, desgraciadamente, también según cierto eficientismo cristiano actual. La sencilla regla que él mismo se escribe, y que si quiere somete a la aprobación del obispo, prevé, sobre todo, horas de oración, de lectura espiritual, de meditación. Prevé vigilias, ayunas, penitencias, renuncias. En el ermitaño hay un rechazo radical de la lógica mundana, para la cual sólo la acción, la política, el compromiso social, las inversiones económicas pueden cambiar el mundo para mejor. Él, por su parte, ha respondido a una llamada que le ha hecho comprender hasta el final que sólo quien entrega su vida la salva, y que el modo más eficaz de amar y de ayudar es el de sepultarse bajo el anonimato, el silencio, la impotencia, creyendo hasta el fondo en los misterios vínculos de la «comunión de los santos». Creo que esto es lo que quería decir la inscripción que vi en la pared de la habitación de un anacoreta en una casa deteriorada del corazón de Turín: «El que va al desierto, no es un desertor». Nada de un desertor, sino más bien un creyente que, en vez del activismo constructivo sólo en apariencia, ha decidido practicar la forma más alta de caridad en la perspectiva evangélica: la oración ininterrumpida por todos, en la soledad y en el silencio más radicales.

PONTE EN CAMINO


Aunque estés en soledad, ponte en camino y ora en soledad. El mundo del espíritu ha estado desde siempre lleno de ermitaños y solitarios, y ahora, con el actual descalabro espiritual, sigue estándolo aunque permanezcan ocultos en las ciudades...

Anónimo

domingo, 12 de abril de 2009

¿Qué es el hombre para que te ocupes de él?

HISTOS A INVIAT! ¡CRISTO HA RESUCITADO!

"¿Qué es el hombre para que te ocupes de él? Un gran misterio me envuelve y me penetra. Pequeño soy y, al mismo tiempo, grande, exiguo y sublime, mortal e inmortal, terreno y celeste. Con Cristo soy sepultado, y con Cristo debo resucitar; estoy llamado a ser coheredero de Cristo e hijo de Dios; llegaré incluso a ser Dios mismo."



San Gregorio Nacianceno Sermón 7, en honor de su hermano Cesáreo 23-24

sábado, 11 de abril de 2009

LA CELDA INTERIOR


De nuestra intimidad con Dios, nace una exigencia: la necesidad de la celda, entendida ésta no siempre como un lugar físico necesariamente, sino más bien, aquel "lugar" en nuestro interior de donde sales pero vuelves en cuanto te es posible, pues es en él donde mejor escuchas y permaneces en mayor comunión.


No abras con facilidad las puertas de esta celda, ni facilites la entrada a extraños por muy queridos que te sean. Considera esta celda como zona de "clausura", donde solo teneis acceso Dios y tú.

"La celda será la que te enseñe todo lo que debes saber" (abba Moisés)

miércoles, 8 de abril de 2009

EL PECADO COMO DEUDA





La invitación que un día recibe Jesús para comer en casa del fariseo, le da la oportunidad de encontrarse con dos personas muy diferentes: una que se cree justa y otra que se sabe pecadora. Quien se cree bueno, condena a la pecadora y duda de Jesús. La que se siente en deuda, colma de atenciones a Jesús sin importarle nada más.

Y Jesús responde con una parábola, cuyo significado es fácil de comprender: ama más quien se sabe más perdonado,. El deudor al que se le salda una deuda mayor, es el más agradecido.

En deuda con Dios estamos cuando pecamos, y en deuda con Él quedamos cuando somos perdonados. Si hemos pecado, debemos a Dios satisfacción y cuando somos perdonados, vivimos con El en deuda de amor.

El fariseo es figura de aquél que, por creerse bueno, desprecia a todo el que no es como él . Como cree amar a Dios, desprecia a todo el que es diferente.

La mujer, en cambio, es prototipo de todos los que son condenados por lo que hacen o como viven. Ella se sabe deudora de su perdón y eso es lo que verdaderamente le importa, ¿de qué va a ser perdonado quien no tiene de que pedir perdón? Jesús nos enseña que no seremos más felices por creernos “buenos” pues sólo el que reconoce su deuda, conocerá la alegría del perdón.


Modelo de todo lo expuesto es María de Egipto. Ejerce la prostitución desde los 12 años hasta que en la treintena peregrina a Jerusalén para venerar allí la Santa Cruz. No puede entrar en el templo, pues una fuerza sobrenatural se lo impide y se retira al desierto donde vive una vida de soledad y penitencia hasta su muerte.
¿Quién amó más? Al que más se le perdonó.

¿QUÉ ES LA ERMITA VIRTUAL?



Intentaré sea un lugar de recogimiento donde pueda expresarme con sencillez. No es un lugar de información sobre la vida monacal o eremitica, lo que me propongo, no se si lo conseguiré, es mostrarme como soy y poder llegar a otros pero sin "invadir" otras soledades y preservando celosamente también la mía. Voy a intentarlo, será un penúltimo intento.....