lunes, 24 de diciembre de 2012

Navidad



Mañana será un día muy importante para la ermita. No sólo por ser Navidad, sino por recibir a una familia amiga con la que compartiré la tradicional comida de Navidad.
Hoy ya he adelantado parte, pues mañana asistiré a la Divina Liturgia como de costumbre y no tendré mucho tiempo.
Bruno y Rufo parece que lo intuyen y están muy nerviosos. Bueno, espero que todo salga bien.
macario.

domingo, 23 de diciembre de 2012


MÁS ALLÁ

"Abandona ese “ego” artificial y el mundo que lo sustenta. Aunque parezca muy propio, déjalo. Nada tiene de lo que buscas y de lo que te busca y llama. Ve más allá."

lunes, 16 de enero de 2012

¿Un nuevo silencio, más hondo?



Cada día presentimos esa maravillosa apertura que no acaba más. Es el Misterio que constituye nuestra realidad más honda... Y nunca se cierra. Por el contrario se abre, se brinda...
Perseverando en esa "elevación", que es gracia, y que nunca deja de elevarnos, si nos ocupamos en verdad de ella. Nuestro andar, nuestra peregrinación, ya no sigue en los caminos dificultados por las sombras, en las tierras de "abajo", sino que vamos sostenidos arriba, sobre toda "temporal creatura levantados" como decía San Juan de la Cruz.
Es así, sin duda, pero es ESCONDIDO, OCULTO, SECRETO...
Estas "elevaciones" nos son objeto de publicidad, como no lo es el "Desierto interior" ni ninguna "soledad".
¿Estamos dispuestos a... callar? ¿Descubrimos ya lo sublime que no sufre manoseo alguno?
Es un desafío y es hora de meditar acerca de ello.
Víctimas de "esto" y de "aquello" nos detenemos siempre a mitad de camino. Ahondemos pues y adelante, en confianza siempre renovada en Aquél que Es nuestra vida.

Alberto E. Justo

jueves, 12 de enero de 2012

¡CALLA!


Pero –se me dirá- ¿qué hacer frente a la injusticia reiterada de tantos tiranuelos, cuando la angustia nos oprime, cuando nos vemos asediados y abofeteados por ese poder tecnócrata, que todo lo ocupa y lo invade, que ya no nos trata como a verdaderas personas? ¿Qué hacer cuando perdemos consideración y paz, cuando ni siquiera respetan nuestras dolencias y nos arrojan en medio de una calle desierta para morir de hambre? En primer lugar sabe una cosa: Dios no resuelve los problemas de corte abstracto o genérico. Esos, tantas veces, no existen o se resuelven y desaparecen en el marasmo de la necedad del mundo. Por tanto -¿sabes?- sólo estás tú. Sí, es verdad, te dejaron solo... Pero yo digo otra cosa: lo único que hay es esto: lo que ahora vives. Entonces: ¡calla!. Aquiétate y retírate. Siéntate en tu escondrijo. Date tiempo. No te respondas rápido. Si es posible duerme un minuto. Haz, presto, un espacio. Lo peor de todo es que ese barullo que te asalta te niega ese mínimo espacio. Y, en él, no encuentras nada.
ALBERTUS IN EREMO