sábado, 13 de noviembre de 2010

La virgen caída


"Conocí también en Jerusalen a una virgen que se vestía de saco hacía seis años y se recluía en casa, sin permitirse jamás nada que pudiera fomentar el placer.
Pero más tarde, abandonada de Dios a causa de su orgullo y arrogancia, cayó lamentablemente, hundiéndose en el vicio de la carne. Un día abrió su ventana e introdujo en su estancia al que le insistía y pecó con él.
En realidad no había practicado la vida ascética por motivos sobrenaturales, es decir, por amor a Dios, sino por ostentación humana, lo cuál es señal de vanagloria y de intención torcida. En efecto censuraba a su prójimo, viendo la mota en el ojo ajeno y no reparando la viga en el propio, con lo que ya no tuvo junto a sí al ángel custodio de la castidad"
Paladio. Historia Lausíaca.

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